Florrie Rhodesia – Society’s Juggler Lady

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Florrie was one of those jugglers who could pull off the most difficult and most impressive tricks of the 20th century. She brought together several disciplines in the same show, which forced her to spend more than 12 hours a day perfecting each routine. Unfortunately, the press of the time focused more on her beauty than on her incredible feats.

Her full name was Florence Seeley Smith. She was born in 1885, in England. She began her circus life in London, at the age of 8, balancing herself on a tightrope. At age 10, she began making presentations at the business. At that time she was known as “La Belle Florence.” She took the name “Belle” from Madame La Belle, the main rider of the Henglet Circus, because of a compliment she gave her, and it motivated her to do extraordinary things in the circus. She learned to juggle when she performed with the Fills Circus on a tour of South Africa; she performed with the tightrope and at the same time juggled in her free moments. Her obsession with juggling made her change her training schedules so that from 6:00 am to 5:00 pm she practiced juggling, and at night she had her shows.

At the end of the two-year tour with Circus Fills, La Belle returned to England. All the knowledge she acquired in South Africa began to germinate. Florence rented a music hall, where she heavily trained juggling for four months. Her juggling debut was at New Cross Hall, London, for a hospital charity event. She changed her stage name to “Mamselle Florrie Rhodesia.” She chose that nickname because of the businessman and colonizer Cecil Rhodes, who christened a vast region in southern Africa “Rhodesia” (today known as the country of Zimbabwe).

At the age 15, Florence was hired by the Fitzgerald Brothers Circus for a tour of Australia. Here, Florrie managed to do the tricks that the famous Cinquevalli had introduced to the Australian scene. She slid billiard balls all over her body so that they reached the pockets of a coat; juggled umbrellas, gloves, and buttons; with cannon balls and with paper balls; with plates, bottles and spinning balls. Her final act consisted of throwing balls into the air, and catching them with a belt that had pockets on the sides. She earned the nickname “The Cinquevalli Lady,” as did Selma Braatz.

Photos of Museum of European and Mediterranean Civilizations.

An Australian newspaper did not focus on Florrie’s incredible feats, but on her beauty, writing: “The lady is personally very attractive, which is a characteristic in herself.” Then, Lady Cinquevalli responded to the comment like this: For a publicity photograph, Florrie donned masculine clothing, like gentlemen jugglers, with a fancy suit, a top hat, and a cigar. She also earned the title “Society’s Juggler Lady.”

She ended the tour with Fitzgerald Brothers Circus with drums and cymbals in 1903. For her farewell they presented her with a cart with flowers, a gold medal, and a circus music orchestra. “Rhodesia was the only female juggler to be seen in these parts” [probably referring to Australia and New Zealand], the newspaper commented.

In 1905 she married William Seeley, a vaudeville actor. Florrie returned with her husband to Australia, but it was not so well received. An Australian newspaper removed her from their show and commented on her: “… the only unique part was that she was a woman. Time and imitators had apparently eaten up her novelty.”

Florrie and her husband performed together for a time, and lived in New York. In that city, and after World War II, they opened the Better Ole Restaurant. First it was called “Ole Tea Room,” and then it expanded its capacity. It was very popular with New York theater actors.

In May 1938, Florence Seeley had a serious eye operation; she was taken to Knapp Memorial Hospital in Manhattan. A year later, at the age of 53, she passed away of unknown causes in Huntington, New York.

Florrie Rhodesia – La dama malabarista de la sociedad

Florrie fue una de aquellas malabaristas que pudo hacer los trucos más difíciles y más impresionantes del siglo XX. Juntaba varias disciplinas en un mismo show, lo que le obligaba a estar más de 12 horas perfeccionando cada rutina. Desafortunadamente, la prensa de la época se fijó más en su belleza que en sus increíbles hazañas.

Su nombre completo fue Florence Seeley Smith. Nació en el año 1885, en Inglaterra. Inició su vida circense en Londres, a los 8 años, equilibrándose en una cuerda floja. A los 10 años, comenzó a hacer presentaciones en el negocio. En ese momento la conocían como “La Belle Florence”. Tomó el nombre “Belle” de la señora La Belle, jinete principal del Circo de Henglet, por un halago que ella le hizo, y la motivó a hacer cosas extraordinarias en el circo. Conoció el malabarismo cuando actuó con el Circo Fills en una gira por Sudáfrica; se presentaba con la cuerda floja y al mismo tiempo entrenaba malabares en los momentos libres. La obsesión por los objetos hacia arriba le hizo cambiar sus horarios de entrenamientos: de 6:00am a 5:00pm practicaba malabares; en la noche tenía sus shows.

Al acabar la gira de dos años con el Circo Fills, La Belle regresó a Inglaterra. Todos los conocimientos adquiridos en Suráfrica comenzaron a germinar. Florence alquiló un salón de música, donde durante cuatro meses entrenó fuertemente malabarismo. Su debut con malabares fue en el New Cross Hall, Londres, para un acto de beneficencia en un hospital. Cambió de nuevo su nombre por “Mamselle Florrie Rhodesia”. Eligió ese apodo por el empresario y colonizador Cecil Rhodes, quien bautizó como “Rhodesia” a una amplia región al sur de África.

A los 15 años, Florence fue contratada por los Fitzgerald Brothers Circus para una gira por Australia. Aquí, Florrie logró hacer los trucos que el famoso Cinquevalli había introducido en la escena australiana. Deslizaba bolas de billar por todo su cuerpo para que llegaran a los bolsillos de un abrigo; hizo malabares con paraguas, guantes, y botones; con bolas de cañón y con bolas de papel; con platos, botellas y pelotas giratorias. Su acto final consistió en lanzar pelotas al aire, y atraparlas con un cinturón que tenía bolsillos a los lados. Se ganó el apodo de “La dama Cinquevalli”, al igual que Selma Braatz.

Fotos de Museo de Civilizaciones Europeas y Mediterráneas.

Un periódico australiano no puso su mirada en las increíbles hazañas de Florrie, sino en su belleza, y escribió: “La dama es personalmente muy atractiva, lo cual es una característica en sí misma”. Entonces, la Dama Cinquevalli respondió al comentario de la siguiente manera: para una fotografía de publicidad, Florrie se puso ropa masculina, como los malabaristas caballeros, con un traje elegante, un sombrero de copa y un cigarro. Obtuvo también el título de “La dama malabarista de la sociedad”.

Finalizó la gira con Fitzgerald Brothers Circus con bombos y platillos en 1903. Para su despedida llevaron un carro con flores, una medalla de oro de sus empleados, y una orquesta de música de circo. “Rhodesia fue la única mujer malabarista que se vio en estas partes (probablemente refiriéndose a Australia y Nueva Zelanda)” comentó un periódico.

En 1905 contrajo matrimonio con William Seeley, un actor de vodevil. Florrie regresó con su esposo a Australia, pero no fue tan bien recibida. Un periódico australiano la descartó de su programa comentó sobre ella: “…la única parte única era que ella era mujer. El tiempo y los imitadores aparentemente habían devorado su novedad”.

Florrie y su esposo actuaron durante un tiempo juntos, y vivieron en Nueva York. En esa ciudad, y después de la Segunda Guerra Mundial, inauguraron el Better Ole Restaurant. Primero se llamó “Salón de té Ole”, luego fue ampliando su capacidad. Fue muy concurrido entre los actores teatrales neoyorquinos.

En mayo de 1938, Florence Seeley tuvo una operación grave en el ojo; fue llevada al Hospital Knapp Memorial, de Manhattan. Un año más tarde, a los 53 años falleció por causas desconocidas en Huntington, Nueva York.

Soy un malabarista deportivo. Tengo la maravillosa oportunidad de escribir para eJuggle. Me gusta la historia, la historia militar, la filosofía, la poesía, las historias raras, y las historias de terror y de horror.

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