Throughout the history of juggling there have been some jugglers who became millionaires. Others managed to own property and a financially stable life but did not achieve such a designation.
If you want to know about the jugglers who became millionaires you can read my article here.
Now, were there jugglers with more money than a millionaire? The answer is yes. There were billionaire jugglers: The brothers Harry and Barney Barnato.
The eldest brother, Henry Isaacs Barnato (Harry), was born in Greater London, England, in 1849. His father, Isaac Isaacs Barnato (1806 – 1894), was a second-hand clothing merchant and sports lover who taught his sons to box. Aside from Barney, Henry had three other siblings named Catherine “Kate” Isaacs Joel (1838 – 1917), Sarah Isaacs Rantzen (1843 – 1915), and Elizabeth Isaacs Nathan (1853 – 1905).
Barnett Isaac Barnato (Barney) was born on July 5, 1852. He attended a Jewish school near his home with his siblings.
Barney Barnato.
Harry and Barnett performed as comic jugglers, acrobats, and conjurers as teenagers. At first they were known as “the Great Henry Isaacs and Barnett too,” but after several changes they settled on “The Barnato Brothers.”
In 1871, Harry moved to Kimberly, South Africa, hoping to find diamonds. While his idea flourished, he continued his artistic life and did work as a juggler and magician, where he went by the name “H.I. Barnato” or “Harry Barnato.”
Harry gradually became a diamond magnate in South Africa. His success was such that he wrote to his brother Barney advising him to join his diamond business.
Barnett travelled to Cape Town in 1873 but ran out of money to get to Kimberly. Like his brother, he did juggling and magic to raise funds for his trip. He also changed his name to “Barney.” He stayed in Cape Town for a while where he opened a gymnasium and did circus performances, which allowed him to save money and rent a diamond mine. This allowed him to save up and buy mines.
Barney described his first trip to Africa to a journalist in an interview in 1895:
It is but 23 years since I, then considered a handsome lad, landed in Cape Town after a tedious voyage of 27 and a half days, the greater part of which I spent building castles in the air and dreaming of the possibilities of the New World which I was approaching. Full of hope and confidence, I walked to the Masonic Hotel, and on the terrace was met by a gentleman, whose name I will ask you to allow me to reserve, but who, as I afterwards learned, held the office of President of Diamond Diggings.
I was struck by the glitter of his shirt-front, on which glittered three enormous diamond studs… As these were only part of his jewelled adornments, I thought he must be a travelling diamond-miner. He spoke to me very kindly, though with a somewhat condescending air, and asked me my name and destination. I told him my name was Barney Barnato, and that I was going to the diamond-fields to join my brother and, as I hoped, make my fortune.
A look of sympathy, almost of pity, came over his face as, placing his hand on my shoulder in a fatherly manner, he said, ‘Go home, my lad, for I have cleared that country of all the jewels it contains,’ and, looking at the sparkling brilliance which shone from every possible part of him, I was almost convinced that his statement was true. I was too proud to let the tears of disappointment fall, and was left wondering what would be said to me if I went home and admitted that I had been on a wild goose chase; this was enough to make me stick to my original intention, whatever the result, so I resolved to go and reserve my seat on the bus leaving the next morning, so that nothing should happen to make me waver.
In 1874 the Barnato brothers finally abandoned their artistic life and devoted themselves exclusively to the diamond business under the Barnato Brothers company. Two years later they obtained the concessions of 4 mines in Kimberly, which allowed them to expand their business to diamonds and gold. They also invested in other projects, such as hotel companies, and partnered with other local mining companies. Thus, they managed to make a fortune.
Barney later entered politics. He was elected local representative of Kimberly and had the support of the South African president Paul Kruger.
Barney Barnato died in 1897, allegedly from suicide by jumping off a ship into the ocean while traveling from England. Months earlier, Barney had had health problems and doctors recommended that he rest.
Harry Barnato is believed to have been worth over £5,000,000 at the time of his death in 1908. He left his daughter Leah £1,000,000 and donated £250,000 to charities he helped during his lifetime.
Los malabaristas multimillonarios
A lo largo de la historia del malabarismo han existido algunos malabaristas que se convirtieron en millonarios. Otros, lograron tener propiedades y una vida económicamente estable pero no alcanzaron a tener tal designación.
Si quieres saber sobre los malabaristas que llegaron a hacer millonarios puedes leer mi artículo aquí.
Ahora bien, ¿existieron malabaristas con más dinero que un millonario? La respuesta es sí. Existieron malabaristas multimillonarios: Los hermanos Harry y Barney Barnato.
El hermano mayor, Henry Isaacs Barnato (Harry), nació en Greater London, Inglaterra, en 1849. Su padre, Isaac Isaacs Barnato (1806 – 1894), fue un comerciante de ropa de segunda mano y amante del deporte que enseñó a sus hijos a boxear. Aparte de Barney, Henry tuvo otros tres hermanos llamados Catherine “Kate” Isaacs Joel (1838 – 1917), Sarah Isaacs Rantzen (1843 – 1915), y Elizabeth Isaacs Nathan (1853 – 1905).
Barnett Isaac Barnato (Barney) nació el 5 de julio de 1852. Estudió en una escuela judía cerca a su casa junto a sus hermanos.
Harry y Barney actuaron como malabaristas cómicos, acróbatas, y prestidigitadores cuando eran adolescentes. Al principio se les conocía como “the Great Henry Isaacs and Barnett too”, pero luego de varios cambios se quedaron con “The Barnato Brothers”.
En 1871, Harry se mudó a Kimberly, Sudáfrica, con la esperanza de encontrar diamantes. Mientras su idea prosperaba, continuó su vida artística e hizo trabajos como malabarista y mago, donde se hizo llamar “H.I. Barnato” o “Harry Barnato”.
Poco a poco, Harry se fue convirtiendo en un magnate del diamante en Sudáfrica. Su éxito fue tal que le escribió a su hermano Barney aconsejándole que se uniera a sus negocios de diamantes.
Barney viajó a Ciudad del Cabo en 1873 pero se quedó sin dinero para llegar a Kimberly. Al igual que su hermano, hizo malabares y magia para recaudar fondos para su viaje. También, cambió su nombre por “Barney”. Estuvo en Ciudad del Cabo un tiempo donde abrió un gimnasio e hizo presentaciones de circo con las pudo ahorrar dinero y alquilar una mina de diamantes. Eso le permitió ahorrar y comprar minas.
Barney le describió a un periodista cómo fue su primer viaje a África en una entrevista realizada en 1895:
Hace apenas 23 años que yo, considerado entonces un muchacho apuesto, aterricé en Ciudad del Cabo después de un tedioso viaje de 27 días y medio, la mayor parte de los cuales pasé construyendo castillos en el aire y soñando con las posibilidades del Nuevo Mundo al que me estaba acercando. Lleno de esperanza y confianza, caminé hasta el hotel Masonic, y en la terraza me recibió un caballero, cuyo nombre le pediré que me permita reservar, pero que, como supe después, ocupaba el cargo de presidente de Diamond Diggings.
Me sorprendió el brillo de la pechera de su camisa, en la que brillaban tres enormes tachones de diamantes… Como estos sólo formaban parte de sus adornos de joyas, pensé que debía ser una mina de diamantes ambulante. Me habló muy amablemente, aunque con un aire un tanto condescendiente, y me preguntó mi nombre y destino. Le dije que me llamaba Barney Barnato y que iba a los yacimientos de diamantes para reunirme con mi hermano y, como esperaba, hacer fortuna.
Una mirada de simpatía, casi de piedad, inundó su rostro mientras, colocando su mano en mi hombro de manera paternal, dijo: ‘Vuelve a casa, muchacho, porque he limpiado ese país de todas las joyas que contiene’, y, mirando el brillo centelleante que brillaba en cada parte posible de él, estuve casi convencido de que su afirmación era cierta.
Fui demasiado orgulloso para dejar caer las lágrimas de decepción y me quedé preguntándome qué me dirían si regresaba a casa y admitía que había estado en una búsqueda inútil; esto fue suficiente para hacerme adherir a mi intención original, cualquiera que fuera el resultado, así que decidí ir y reservar mi asiento en el autobús que salía a la mañana siguiente, para que no ocurriera nada que me hiciera vacilar.
En 1874, los hermanos Barnato abandonaron definitivamente la vida artística y se dedicaron exclusivamente al negocio de diamantes bajo la empresa Barnato Brothers. Dos años después obtuvieron las concesiones de 4 minas en Kimberly, lo que les permitió expandir su negocio a los diamantes y al oro. También invirtieron en otros proyectos, como empresas hoteleras, y se asociaron con otras empresas de minas locales. Así, lograron tener una fortuna.
Barney incursionó en la política. Fue elegido representante local de Kimberly y tuvo el apoyo del presidente de Sudáfrica Paul Kruger.
Barney Barnato falleció en 1897, presuntamente, a causa de suicidio al lanzarse de un barco al océano cuando viajaba de Inglaterra. Meses antes, Barney había tenido quebrantos de salud y los médicos le recomendaron reposo.
Se presume que Harry Barnato tenía una fortuna de más de £5.000.000 al momento de su muerte en 1908. Dejó a su hija Leah £1.000.000 y donó £250.000 a obras benéficas que ayudó en su vida.